Término empleado por el crítico M. Tapié. Tendencia artística afirmada al comienzo de la década de 1950. Más que una corriente con connotaciones precisas y reconocibles, fue la expresión de una profunda desconfianza en los valores nacionales, después de la II Guerra Mundial. Con su carga irracionalista, enlaza con el impresionismo, con la experiencia dadaísta y expresionista. Las búsquedas informales se centran en explorar las posibilidades expresivas de la materia: el mismo color, usado como pasta, se transforma en materia. Se mueven en esta dirección los franceses J. Fautrier, con la aplicación de materiales plásticos y J. Dubuffet, que recurre a elementos muy diversos; el español A. Tapies y el italiano A. Bum, que usa madera quemada. El uso de la mancha de color se coloca al lado de la materia y del trazo para caracterizar esta técnica. En Japón una de las corrientes más cercanas al informalismo europeo es la del grupo Gutaj, fundado alrededor de 1950 por el pintor Yoshihara.